Cuando la gente habla de inmunidad, la terminología utilizada casi siempre es de guerra. Nuestro sistema inmunológico está librando una batalla, acelerando las fuerzas, superando la enfermedad.
Si bien estas metáforas son útiles para comprender ciertos aspectos de nuestra inmunidad, crean la impresión de que el único trabajo de nuestro sistema inmunológico es el de defensa. Esta percepción dificulta nuestra capacidad para apoyar mejor esta parte vital de nosotros mismos. De hecho, el papel de nuestra inmunidad es mucho más complejo y hermoso.
Como lo describe el herbolario David Hoffman, la inmunidad es "una danza compleja y hermosa de elementos que fluyen de un lado a otro entre el cuerpo humano y el resto del mundo". Entonces, la inmunidad puede verse menos como una batalla y más como un proceso de adaptación y armonía con el mundo que nos rodea.
Esto significa que mantenerse saludable durante las estaciones más frías no se trata simplemente de sacar el Equinácea cuando un merodeador viral está en la puerta de tu cuerpo. Se trata de establecer una rutina diaria de aliados herbales y nutricionales que ayudarán a tu cuerpo a adaptarse de manera más eficiente a las cualidades de la estación. Aquí hay algunas ideas sobre cómo pensar qué aliados podría elegir.
calentar el cuerpo
Cuando el clima exterior es frío y ventoso, su cuerpo necesita más apoyo para mantenerse caliente. Hierbas como Jengibre, Romero, Canela, cayena, ajo, angélica y cardamomo realzan el fuego digestivo y calientan el cuerpo desde el centro hacia el exterior. Ginkgo, centella asiática y Espino mejorar la circulación hacia la periferia y mantener calientes los dedos de las manos y los pies, además de apoyar una buena circulación hacia el cerebro.
Gingko
Nutre tus raíces
El invierno es una época de nutrición profunda, proporcionando alimentos densos en nutrientes que generan vitalidad y protegen contra las cualidades secas y frías del medio ambiente. Los alimentos y las hierbas que desarrollan inmunidad, nutren la función endocrina y humedecen el cuerpo nos ayudan a mantener nuestra vitalidad durante estos meses fríos. Consuma una dieta rica en tubérculos coloridos, grasas saludables, champiñones, algas y verduras de hoja verde. Incluya hierbas adaptogénicas que nutran las raíces como Ashwagandha, Astrágalo, codonopsis, Eleuthero, Regalizy reishi.
Fortalezca su exterior
Así como las plantas espesan su exterior y sellan los tejidos vulnerables para protegerse en los meses fríos, nosotros también podemos fortalecer nuestras barreras y dificultar que los patógenos se arraiguen. Vitamina C y frutas cítricas ricas en flavonoides y bayas como El fruto del sauco, rosa mosqueta y limón fortalecen el tejido conectivo y mejoran la función inmunológica. Linfáticos como la caléndula, la equinácea y bardana mantener el sistema linfático en movimiento y eliminar los productos de desecho de manera más eficiente. Diaforéticos como flor de saúco, tulsi y milenrama derivar la sangre a la periferia y eliminar los desechos a través de la piel. ¡Por supuesto, todas estas hierbas también tienen propiedades antipatógenas!
Danielle Charles Davies tiene una licenciatura en ciencias herbarias de la Universidad de Bastyr y, además, completó dos años de capacitación clínica en el Vermont Center for Integrative Herbalism. Ha escrito para el American Herbolists Guild y también se ha desempeñado como columnista de alimentos. Sus reflexiones y recetas se pueden encontrar en su blog, Teacup Chronicles.
Solo con fines educativos. Esta información no ha sido evaluada por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Esta información no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad.
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