Mucho se ha dicho y escrito sobre la lactancia materna. Puede resultar abrumador decidir qué información es legítima y qué puede rechazarse. “Breast is best” es un concepto que va ganando fuerza con cada año que pasa. Esto se debe a que la leche materna tiene muchos beneficios para el sistema inmunológico de tu bebé; además, ayuda al funcionamiento óptimo del sistema digestivo del bebé.
Esto sucede porque la leche materna infunde el tracto digestivo de su bebé con probióticos que produce su cuerpo. La mayor parte de nuestro sistema inmunológico reside en nuestro intestino, lo cual también es cierto para los bebés. Sin un intestino que funcione bien, el sistema inmunológico sufre, las vitaminas B y K no se producen ni se absorben, y la salud en general es inferior a lo que podría ser.
Digestión es imprescindible para la salud, y todo comienza con la leche materna. "Tu bebé es lo que comes" es un concepto real. Si come una manzana, una naranja, una toronja o un trozo de carne, dentro de los 30 a 60 minutos, esos nutrientes están en su leche materna y listos para dárselos a su bebé. Lo mismo ocurre con los malos nutrientes, como las grasas trans, la cafeína y las drogas. Es importante que usted coma lo que le gustaría que comiera su bebé.
Los principios de la lactancia materna son muchos y variados. Cada madre y su bebé son una pareja individual, y no existe un enfoque de "talla única" para la lactancia materna. Pero hay alimentos específicos que pueden hacer que amamantar sea más fácil para usted (para mantener el suministro) y más ricos en nutrientes para el bebé.
Salmón
Rico en DHA, una grasa que contribuye al desarrollo del sistema nervioso durante el embarazo y la infancia, el salmón también es rico en omega-3, que ayudan a mantener el equilibrio hormonal. Dado que el suministro de leche depende de las hormonas para una señalización adecuada, el salmón puede ayudar a aumentar o mantener el suministro de leche materna, así como a aumentar el valor nutricional de la leche materna.

El salmón también puede respaldar una respuesta inflamatoria saludable durante la recuperación del trabajo de parto y el parto, y puede ayudar a estabilizar la producción de hormonas. Asegúrese de comprar salmón capturado en la naturaleza y de Alaska, ya que tiene un mayor valor nutricional. Coma entre 12 y 16 onzas por semana para lograr los mejores beneficios.
Semillas de calabaza
El hierro, las proteínas y la fibra son nutrientes esenciales para la madre que amamanta y el bebé recién nacido, y las semillas de calabaza contienen todos estos. 2 onzas de semillas de calabaza al día proporciona casi el 100% de la recomendación diaria de hierro. El hierro es esencial para el suministro de sangre, que debe reponerse después del nacimiento.

Compre las semillas en variedades sin sal, o mejor aún, sáquelas usted mismo de una calabaza y tuéstelas en el horno a temperatura baja hasta que estén ligeramente tostadas.
Huevos
No solo aportan proteínas, sino que los huevos también aportan B12, un nutriente necesario para el sistema nervioso tanto de la madre como del bebé. Los huevos son versátiles y fáciles de preparar para las nuevas mamás, y para muchas, la conveniencia es un factor importante. Para obtener el mejor valor nutricional, compre huevos de un agricultor o mercado local, optando por variedades de corral.
Sin embargo, no se preocupe por el color, ya que los huevos marrones y blancos contienen el mismo perfil nutricional, siempre y cuando se permita que las gallinas deambulen libremente y no se alimenten con granos.
Espinacas
Todos sabemos que la espinaca es buena para nosotros, pero es especialmente beneficiosa para la madre que amamanta. El calcio, la vitamina C, la vitamina A, el hierro y el folato son los beneficios clave de las espinacas y otras verduras de hojas verdes oscuras, e idealmente deben consumirse, como mínimo, cinco veces al día.

No sientas que todo tiene que estar crudo o en jugo, ya que las espinacas y otras verduras ligeramente cocidas al vapor pueden ser sabrosas y tomar menos tiempo para comerlas que una ensalada. Echar espinacas u otras verduras en un batido hace que sea fácil de beber mientras viaja o incluso mientras amamanta.
Espárragos
Una porción de espárragos contiene fibra, ácido fólico, vitamina A, vitamina C y vitamina K, así como algunas proteínas. También es rico en fitoestrógenos, que son compuestos que pueden ayudar en la producción de leche y el mantenimiento del suministro. Los espárragos también pueden estimular la prolactina, que es una hormona producida por la glándula pituitaria que es importante durante la lactancia.
Coma 10 tallos al día (o más) para lograr los mejores beneficios. Y no te preocupes por el olor extraño que los espárragos le pueden dar a tu orina. Es causado por la asparagina, un aminoácido presente en los espárragos que ayuda a equilibrar el sistema nervioso.
Hierbas
Existen numerosas hierbas que pueden ayudar a promover un suministro de leche saludable, siendo algunas de las fuentes más populares Fenogreco, Cardo bendito, frambuesa roja y levadura. Si bien estos no han sido necesariamente respaldados por estudios científicos, han sido utilizados por madres de todo el mundo durante cientos de años.
Es importante comprender que una dieta deficiente no se puede corregir con el uso de hierbas. Las hierbas son un gran complemento a una dieta diseñada para apoyar la lactancia. Asegúrese de consumir hierbas que se cultivan orgánicamente, y las tinturas líquidas tienden a ser más efectivas para proporcionar el impacto más rápido.
La escritora Aimee McNew tiene una Maestría en Terapia de Nutrición Holística (MNT) y también es una Practicante Certificada de Terapia de Nutrición (CNTP).
Solo con fines educativos. Esta información no ha sido evaluada por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Esta información no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad, ni vender ningún producto.
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